El jardín de las palabras de la casa museo de Blasco-Ibáñez se plantea como una re-cualificación qie integra diferentes miradas.
Por un lado se atiende al lado histórico. Del jardín original se conserva alguna imagen en la que vemos un carácter informal, con elementos arquitectónicos como balaustradas y bancos de piedra y con reminiscencias del mundo clasico en forma de esculturas clásicas harmonizando con el estilo neoclásico del edificio.
El jardín actual es fruto de la remodelación del conjunto en los años 90 y se trata de un espacio ajardinado estructurado mediante parterres que van albergando diferente flora. En el inventario realizado se observa el abanadono y falta de gestión que ha sufrido este lugar. Se retiran especies que no son viables, especies consideradas hoy en día invasoras, se redistribuyen los pies de palmera que han crecido espontáneos… Por otro lado se recomponen las plantaciones de árboles recuperando más pies de morera y almeces para aportar sombra y confort. Se recuperan especies para la primera línea del jardín, que resisten la maresía y protegen al resto del espacio.
Desde el punto de vista funcional el nuevo jardín se plantea como una pieza más de la infraestructura verde urbana de la malvarrosa. Se crea un eje cívico que atraviesa el jardín en sentido este-oeste y abriendo este al barrio. Sobre este eje aparece un mobiliario que permita sentarse a leer y disfutar del único jardín formal junto al mar en Valencia.
Por último, en el jardín tiene una imortancia fundamental el color y la variabilidad en el tiempo. La parte central del jardín trata de imprimir en el visitante una imagen colorista y pintoresca.